Alegría y nostalgia, una pareja aparentemente distante cuando
de salsa brava se trata. Resalto
salsa brava porque es bien sabido que las lágrimas del caribe manan a través
del bolero y el son. Tal vez estoy descubriendo el agua tibia… Y es que entre
el Ran Kan Kan y el Autumn leaves de Tito Puente paso del melao escandaloso a la añoranza feliz.
Hace falta alejarse un poco para ver mejor aquello que por la
cercanía no podemos apreciar bien. Esta distancia , en mi caso, viene en grados
Celsius. En el calor de mi país me sancochaba entre el despelote de Caracas y
los estrujones de Petare para luego ser mecida por el calor y la pasividad
malandra de Caucagüita. Allí me esperaba una casa y una familia calientísima.
En otra latitud más fría aquello que otrora me hervía en el alma toma otra
temperatura. La salsa me entibia el alma.
No soy músico y ya en esta vida no creo que pueda serlo, pero
hay algo en la flauta y la marimba de la orquesta de Tito Puente que me ahoga
la respiración y me pone a bailar más ligero, ambas tocan la ternura y el
llanto sutilmente, en segundo plano, en un fuera de foco que deja totalmente
nítido el bochinche que prenden la percusión y los metales. Baila y no pienses
en más nada, nos dicen al oído, como quién te dice “baila conmigo que yo me
muevo a tu ritmo”.
Tal vez el frío nos coloca en un lugar un pasito más virado,
en relación al sitio desde donde vemos el Caribe cuando estamos en él. También, me pregunto, si acaso, no sólo los
brasileros ríen para no llorar a través de su música; mar hacia delante y
costas hacia adentro, el Caribe compone y baila salsa para enjugar sus penas.
En El Maní es Así, bailamos
endiabladamente más de una madrugada dejando para el día nuestras cuitas. Nos
frotamos en una orgía colectiva a Son puertorriqueño, cubano, colombiano y venezolano
para recibir el abrazo que nos faltaba, sudábamos en cambote, o como dicen mis
amigos, “comunistamente” para que no resaltara el dolor de ninguno por encima
del de los demás. Nos movíamos cómo locos por la pista para detener el tiempo y
evadir la mañana siguiente.
En medio de este frío, ajeno a mí, el melao me hace sonreír en medio de mi nostalgia…. Antonio Benítez
Rojo, viene a salvar este intento más cercano al ejercicio melodramático que al
ensayo cuando dice que es en la música dónde nos juntamos como cultura
caribeña, es en el ritmo y en la oralidad donde encontramos las formas de
nuestra expresión. Es en ellos donde ahogamos y engrandecemos eso que lo asalta
y nos asalta: “una tristeza húmeda y secreta”.
Yeymy Pérez Cardales
México
2012
Autumn Leaves
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